Currito salió
contento
después de dura jornada
pues tocole la
descarga
de un camión de cemento.
Anochecido iba casa
sudoroso y polvoriento
y por suerte se encontraba
un bar que estaba abierto
-¡Un vinito camarero!
Pide con boca sedienta,
que me lo tomo primero
sin que me vea la
parienta.
Y llamando al timbre en casa
en jarras, aparece la sargenta
¡¡Vaya horas que te gastas¡¡
¡!Y que peste a vino echas¡¡
Y Currito le contesta
Casi dándole un
telele
y con cara de
sorpresa
-Y ¿a cemento no me
hueles?
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