Soneto a la libreta
Erase una vez un
viejo que vivía
con la ilusión de no gastar ni un euro
guardando en el
calcetín primero
las pesetas que afanaba
y que pedía.
Y un avispado banquero
que olia
que el viejo avaro
guardaba su dinero
en baldosas, calcetines
y agujeros
lo cameló y una
libreta le abría
La familia que veía que se moría
trabajose al avaro con destreza
ofreciéndole una misa
cada dia.
¿Y mi dinero? Clamaba y oia en su agonia,
“Le echaremos en su entierro la libreta”,
Los sobrinos con jolgorio le ofrecían.
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